
Ya sea fútbol, baloncesto, hockey o voleibol, todos estos deportes de equipo son muy populares entre los niños. Contribuyen al desarrollo de sus habilidades físicas y sociales.
Sin embargo, cabe recordar que estos deportes conllevan su parte de riesgos . Es por ello que Bastien Garon , fisioterapeuta desde 2014, te ofrece 6 consejos preventivos para que la aventura deportiva de tu hijo rime con placer y no con lesiones.
Resumen
- ¿Por qué tu hijo no es un pequeño adulto?
- La evolución de pequeño a gran deportista
- 6 consejos para prevenir lesiones en niños que practican deportes colectivos
- interés y motivación
- placer ante todo
- La calidad del equipo
- El calentamiento, sí; estiramiento, no…
- La observación: la clave de la seguridad
- Vuelve a la calma y al sueño.
- Fisioterapia y Niños: Un Equipo Ganador
¿Por qué tu hijo no es un pequeño adulto?
Ya sea que estemos hablando de la salud en general, la salud física, el desarrollo motor o la recuperación de una lesión, los niños no son adultos pequeños. Los niños tienen sus particularidades y estas evolucionan según la edad.
Para el niño, los principales objetivos vinculados a la práctica de un deporte de equipo, e incluso de un deporte en general, son:
- el placer;
- el desarrollo de su condición física;
- el desarrollo de las relaciones sociales.
Es cierto que estos objetivos pueden ser similares a los de los adultos, pero las nociones de rendimiento, superación y competencia deben permanecer en las grandes ligas.
La evolución de pequeño a gran deportista
De 5 a 7 años: la iniciación y el placer del juego
Para un niño, la edad ideal para empezar a jugar un deporte de equipo es alrededor de los 5 años. Hablamos entonces de una fase de descubrimiento y exploración. Lo importante es introducir al niño en diferentes deportes con el objetivo de que descubra el placer de moverse y jugar en grupo. En esta etapa, es importante no insistir en el marco, las reglas o incluso el desempeño.
Por ejemplo, como parte de una iniciación al fútbol, es posible que el entrenador o el profesor explique a los niños las bases del juego (una pelota, dos equipos, dos goles donde hay que marcar). Si el niño toma la pelota en sus manos o no sigue algunas reglas características del juego, no es necesario concentrarse en esto. Es importante que el niño disfrute persiguiendo la pelota e intentando anotar.
De 7 a 14 años: la variedad
A partir de los 7 años, las reglas se vuelven más fáciles de asimilar y el niño empieza a comprender las nociones de táctica y estrategia del juego, por lo que los períodos de juego son más supervisados. Además, este período también debe permitir al niño practicar varios deportes de equipo para desarrollar diferentes habilidades físicas propias de cada una de estas actividades. Sin embargo, en general, el niño puede empezar a dedicar más tiempo al deporte que más le atraiga.
De 14 a 21 años: especialización
A partir de los 14 años, el joven adolescente puede comenzar a especializarse en un deporte. Sin embargo, esta especialización no significa que deba abandonar todas las demás actividades físicas. Se recomienda seguir practicando otros deportes como ciclismo, natación, running, senderismo o incluso esquí.
6 consejos para prevenir lesiones en niños que practican deportes colectivos
Consejo 1: la importancia del interés y la motivación
Antes de empezar a practicar un deporte de equipo, es importante que tu hijo haya mostrado interés por este deporte. Obligar a un niño corre el riesgo de jugar con su motivación, así como con su deseo de aprender y practicar el deporte.
Este aspecto también puede tener consecuencias en la recuperación del niño en caso de lesión. Un niño que no quiere volver al hielo, porque el hockey no le interesa, no tendrá motivación para hacer sus ejercicios para tratar una lesión que recibió mientras jugaba. También puede tender a ralentizar el tratamiento para evitar volver al hielo.
Consejo 2: diversión primero
Sea cual sea la edad, el placer de jugar debe estar siempre en el centro de la actividad deportiva. No ejerza presión sobre su hijo; el deporte debe ser ante todo un momento de relajación, distracción e intercambio con los demás.
Consejo 3: presta atención a la calidad del equipo
Es importante que tu hijo cuente con el equipamiento adecuado y específico para el deporte que practica. El calzado, la ropa, las protecciones o el casco (en su caso) deberán ajustarse a su talla. Evite comprar equipos que sean demasiado grandes con la creencia de que su hijo crecerá, ya que los equipos mal ajustados aumentan el riesgo de lesiones. Lo contrario también es cierto: no se recomiendan equipos demasiado pequeños.
Si el deporte se practica al aire libre, presta especial atención a las condiciones climáticas y al tipo de terreno. La ropa y el equipamiento deben adaptarse a estas condiciones para evitar que los jugadores se lesionen, pero también para favorecer el buen desarrollo de la sesión.
Consejo 4: calentamiento, sí; estiramiento, no…
Antes de lanzar a los niños al campo, es importante que realicen un calentamiento que les permitirá preparar su cuerpo específicamente para la actividad. Deben evitarse los estiramientos estáticos o balísticos.
El calentamiento debe incluir la mayoría de los movimientos que realiza el niño durante la actividad deportiva para preparar sus músculos y articulaciones. El objetivo es aumentar paulatinamente la temperatura corporal así como el ritmo del corazón y los pulmones para preparar el cuerpo y favorecer el esfuerzo por venir.
Para el fútbol, por ejemplo, el niño debe caminar, correr, hacer pequeñas aceleraciones, cambiar de dirección, pasar el balón, patear el balón, realizar saltos y cabeceos, etc.
Consejo 5: La observación es la clave de la seguridad
Para promover un ambiente seguro cuando el niño está jugando, los responsables de supervisar la actividad deben estar atentos a los jugadores. Aquí hay algunos consejos para tener en cuenta:
- Asegúrese de que los niños estén bien hidratados. No dude en preguntar periódicamente a los niños si tienen sed y en poner agua a su disposición.
- Asegúrese de que el niño no se comporte de una manera que sea peligrosa para él o para quienes lo rodean.
- Supervise el comportamiento de los niños en busca de signos de preocupación, como cojera, muecas de dolor, falta inusual de tono, etc. A los niños a menudo les resulta difícil detectar una situación anormal y dejar de jugar. El entrenador debe conocer bien a sus jugadores y estar atento a cualquier comportamiento inusual.
- Escuche al niño durante toda la actividad y no lo obligue a continuar con la actividad si muestra signos de fatiga o falta de interés. Recuerda, ¡el objetivo es divertirte jugando!
Consejo 6: Cálmate y duerme
Una vez finalizada la actividad física, es importante favorecer la vuelta a la calma. Sugiera a los niños que caminen un poco, beban y se relajen con sus compañeros de juego, una vez más, se debe evitar estirar.
El sueño es muy importante después de la actividad física y es importante asegurarse de que el niño duerma bien por la noche para poder recuperarse bien.
Fisioterapia y Niños: Un Equipo Ganador
El profesional de fisioterapia es un aliado de elección para los niños que practican deporte.
En primer lugar, puede intervenir en la evaluación y tratamiento de determinadas lesiones como esguince de tobillo, distensión muscular o incluso diversas lesiones por sobreuso.
Para tratar estas lesiones, el profesional de fisioterapia utiliza diferentes técnicas como técnicas de terapia manual ligera, electroterapia (fase aguda de la lesión), vendajes o incluso programas de ejercicios que el niño realizará con el profesional de fisioterapia, pero también a solas con sus padres. .
El profesional de fisioterapia también tiene un papel clave en la prevención de lesiones deportivas en los niños. Puede evaluar sus habilidades y sus límites para prevenir el riesgo de lesiones. Este profesional también está cada vez más presente con los jóvenes en el contexto escolar (consultor de escuelas), pero también en el contexto deportivo (club, equipo deportivo, encuentro deportivo). Por lo tanto, no es raro encontrar un fisioterapeuta o un T. phys. sentado al margen viendo jugar a los atletas.
Evaluación del movimiento funcional: una herramienta de prevención
Existen diferentes enfoques para evaluar las capacidades físicas de un niño ileso. El FMS, también llamado “evaluación del movimiento funcional”, es uno de ellos. Esta técnica tiene como objetivo evaluar las capacidades físicas del niño utilizando siete patrones motores básicos que todo ser humano debería poder realizar.
Permite resaltar los límites y las carencias del niño. El profesional de fisioterapia puede así prescribir ejercicios para mejorar su estado y puede darle consejos para la práctica de sus deportes favoritos.
Esta evaluación también permite a los profesionales de fisioterapia que siguen a los equipos deportivos determinar qué jugadores corren más riesgo durante la temporada. Luego se presta especial atención a estos jugadores para evitar que se lesionen.
¿Interesado en este tema? Descubra los beneficios y riesgos asociados con los deportes de equipo.
Tenga en cuenta que la información ofrecida en este artículo representa las opiniones de profesionales de la fisioterapia reconocidos por su experiencia y habilidades en el campo. Sin embargo, estas observaciones no deben considerarse como una posición oficial de la Orden sobre un tema determinado. Si desea participar en la producción de uno de nuestros próximos artículos de blog